Sobrio, elegante para distribuir el juego, pero fiero a la hora de ir a la marca y recuperar la posesión del balón. Así podría definirse a uno de los mejores volantes de contención y jugadores más queridos por la parcialidad que han jugado por la Universidad Católica.
El personaje en cuestión es Nelson Parraguez, quien en su currículum aúna una trayectoria envidiable para cualquier profesional de este deporte.
Con la UC ganó el título del Apertura 1997, la Copa Chile 1991 y 1995 y la Copa Interamericana 1994. Además, llegó a la final de la Copa Libertadores en 1993. Además, durante su carrera fue constantemente nominado a la Selección Chile, disputando como titular el Mundial de Francia 1998.
Llegó a Universidad Católica en 1982 y tras demostrar sus innegables dotes, fue subido al Primer Equipo en 1989 y se retiró el 2004. Gran parte de su trayectoria futbolística la vivió en la UC, pero Necaxa de México y Nueva Chicago de Argentina, también supieron de su sapiencia y rigor sobre el campo de juego.
15 años en el Profesionalismo y siempre vinculado a la UC, ¿qué significado tiene todo este tiempo que jugaste en Católica?
En general no es fácil hacer carreras tan largas en un club y finalmente uno termina encontrándolo natural. De hecho, las veces que me fui a México o Argentina, sentía que esta era mi casa y por lo mismo, siempre mantuve la comunicación con el club. Es un lugar que conozco absolutamente en todos sus ámbitos. Conozco el espacio físico y a toda la gente que lleva años trabajando en el club. Por eso, me siento privilegiado de haber sido parte de la historia Cruzada durante 20 años y eso crea un sentimiento especial. Siento mucho cariño por la institución y valoro la formación que me entregó durante toda mi etapa formativa.
¿El fútbol y Católica siempre fueron tu primera opción?
Yo antes jugaba solo en el barrio y en el colegio. No me proyectaba en el fútbol y menos en un equipo. A la Católica llegué a los 11 años y con el correr del tiempo me fue gustando de inmediato la idea de hacerme futbolista. Pero nunca me imaginé que iba a llegar al Primer Equipo y disputar los torneos en los que participé.