Zurda bendita, privilegiada a la hora de enfrentarse al balón cuando la situación de juego implicaba un lanzamiento libre. Los arqueros rivales, cada vez que él se paraba junto a la pelota, se resignaban a tener que ir a buscar la esférica al fondo del arco. Jorge Aravena a punta de tiros libres se ganó el alias de “Mortero”.
Fue puntal durante la primera mitad de los ochenta en el fútbol de la UC y junto a una oncena histórica dirigida por Ignacio Prieto se quedó con la Copa Polla Gol en 1983, siendo el goleador del torneo con 23 tantos; luego en 1984 obtuvo junto a los Cruzados la Copa República y ese mismo año se quedó con el título del campeonato nacional.
En la selección nacional también tuvo momentos notables. Con la diez en la espalda manejó el mediocampo y se adueñó de cada “pelota muerta”. Sin duda el hito mayor con la roja fue aquel gol a Uruguay por las clasificatorias a México 86. Sector norte del Nacional y casi pegado a la línea de fondo se despachó un tiro libre sin ángulo que superó ampliamente al meta charrúa Rodolfo Rodríguez.
En Católica su liderazgo era indiscutido y de esa generación compartía el protagonismo con Cornez, Lepe y Hurtado. Jorge Aravena derrochó talento y ese argumento bastó para que luciera sus capacidades por el mundo. España, México y Colombia comprobaron las características irrenunciables del “Mortero”.