Su historia con Universidad Católica hay que escribirla casi en paralelo a la del “Pipo”. La sociedad que ambos conformaron se tradujo en cientos de goles y celebraciones. El año 1994 el “Beto” Acosta aportó de manera maciza para que la UC concluyera ese año como el equipo más efectivo del torneo con 84 goles, todo un récord, aportando con 33 anotaciones y siendo el goleador del torneo. Ese año, Acosta consiguió el título de la Copa Interamericana y en 1995, la Copa Chile, siendo el goleador del torneo con 10 goles.
Su virtud era la fuerza y el empuje dentro del campo del juego. Como delantero centro era garantía de gol y ese fue su aval sobre todo en cada Clásico que los Cruzados disputaron.
El Beto Acosta estuvo los años 1994, 1995 y 1997 en la UC, esta última temporada fue campeón con La Franja. La sociedad con el “Pipo” ya no estaba, pero eso poco importó para ser el más eficaz en el arco contrario.
El máximo torneo continental también comprobó la letalidad del goleador cada vez que la pelota llegaba a él. La Copa Libertadores de Américasupo de su eficacia el año 1995 y también en 1997 cuando lo tuvo como su máximo goleador con once conquistas. Es que el “Beto” era precisamente eso, pura eficacia a la hora de pararse frente a los arqueros rivales.
¿Qué recuerdos tiene de su paso por la Universidad Católica?
Es uno de los pasos más importantes en todo sentido. A nivel futbolístico, personal y familiar. El trato que me dio el club, en los tres años que jugué en la Católica, fue maravilloso. Por eso, mis recuerdos de la UC y de la gente de Chile, son los mejores. Fue uno de los mejores pasos en mi carrera.
¿Qué significado tuvo para ti, vestir la camiseta de la UC?
En esa época, tuve la suerte de jugar casi siempre con estadio lleno y eso, para uno, era muy estimulante. Entrabas a la cancha a defender la camiseta Cruzada y, yo siempre lo manifesté de la misma forma, con mucho corazón, personalidad y con la forma en que encaraba el fútbol. Yo me maté siempre por la UC, independiente si jugaba un Clásico o contra un rival que iba último. Para mí, era lo mismo y de eso, la gente se dio cuenta en el primer partido. Tenían un jugador, que más allá de jugar bien o mal, iba a dar todo por la camiseta.
¿Qué mensaje la enviarías a los hinchas?
Más que un saludo, les enviaría un agradecimiento por el trato que me dieron. Me hicieron sentir como un hijo más de este club. A la UC siempre la voy a llevar en el corazón y a medida que pasan los años, la gente siempre me recuerda con cariño mi paso por el club.