Mario Lepe

Vistió durante 20 años la camiseta con la cruz en el corazón, la única que conoció en su vida además de la roja de la Selección Chilena. Volante de contención aguerrido y que manejaba el mediocampo como su casa, sufrió cuatro fracturas, de las cuales supo salir adelante en un hecho inédito para un futbolista profesional en el mundo, por su amor al fútbol y sobre todo a la UC.

Tiene prácticamente todos los récords posibles con La Franja: es el jugador con más partidos oficiales (639), el que más copas oficiales ha levantado (8 en total) y junto a Andrés Romero son los únicos que han alcanzado tres torneos oficiales de Primera División de Chile (1984, 1987 y 1997).

Fue Capitán de la UC durante gran parte de su carrera y fue vital en las dos mejores participaciones internacionales de la historia Cruzada: el subcampeonato de la Libertadores de América de 1993 y el título de la Copa Interamericana de 1994.

Como Capitán no sólo vivió la alegría de los torneos y las copas, sino que puso su liderazgo en función del equipo cuando éste más lo necesitaba.

El 21 de diciembre de 2000, tras casi 20 años de trayectoria le dijo adiós al fútbol en el partido ante Deportes Concepción en Talca, remplazado por Arturo Norambuena. Se acababa la carrera de Mario Lepe de corto, pero comenzaba una nueva era como hombre ligado a la historia Cruzada, trabajando como técnico del Fútbol Formativo.

En 2008 tuvo que hacerse cargo por unos partidos del primer equipo de la UC, para luego volver a su excelente labor formativa, hasta que definitivamente a mediados de 2011 asumió oficialmente como entrenador del Primer Equipo, dando un paso más en su historia con Universidad Católica.

Y lograría desde el banco Cruzado el título de la Copa Chile de 2011, siguiendo una tradición ganadora en su vida como jugador y técnico de la UC y sumando otra copa a su récord con los colores cruzados.

En 2009 la galería sur del Estadio San Carlos de Apoquindo fue bautizada con su nombre.