Efeméride Cruzada: ¡A 28 años de nuestra séptima estrella, el Apertura 1997!

Campeón Apertura 1997 Lepe Acosta Lunari Bisconti Pizarro Margas

Este 10 de julio, los cruzados y las cruzadas recordamos una de las noches más mágicas en la historia de Universidad Católica: la obtención del Campeonato de Apertura de 1997.

La UC encaró la temporada de 1997 con una sed insaciable de gloria, buscando romper una sequía de diez años sin títulos nacionales.

Bajo la dirección técnica de Fernando Carvallo, el equipo inició el Torneo de Apertura con una racha avasalladora de cinco victorias consecutivas, superando a Palestino, Huachipato, Unión Española, Temuco y Coquimbo.

En este arranque prometedor, la figura descollante fue David Bisconti, quien se erigió como el artillero cruzado al anotar ocho goles en esos encuentros.

Junto a él, el regreso de Alberto «Beto» Acosta desde Japón infundió un espíritu inquebrantable, con la misión clara de ser campeón y dedicar ese anhelado título a la memoria de Raimundo Tupper, el «Mumo» eterno.

El camino hacia el campeonato no estuvo exento de desafíos. En la sexta fecha, se vivió un enfrentamiento crucial contra Colo-Colo, el que se perfilaba como el rival directo por el título. En un vibrante clásico disputado en el Estadio Monumental, el marcador finalizó en un empate 1-1, un punto importante para La Franja.

Posteriormente, la UC encadenó dos victorias en tres partidos, destacando triunfos ante Antofagasta y una contundente goleada de 7-2 sobre Deportes Concepción, partido en el que el Beto Acosta deslumbró con un espectacular póker de goles. La racha se completó con un empate frente a Audax Italiano.

Sin embargo, la recta final del torneo se tornaría más compleja. La lucha por el primer puesto era punto a punto, lo que obligó a los Cruzados a encarar el cierre del campeonato con una mentalidad inquebrantable.

Las fechas 10 y 11 resultaron en dos empates consecutivos, frente a Osorno y Wanderers, respectivamente. Estos resultados ajustaron aún más la tabla de posiciones, dejando en claro que cada punto sería vital y que la perfección era el único camino para alzarse con la corona.

Fue en la recta final donde la épica se hizo presente. En el primero de esos duelos decisivos, Universidad Católica venció por 2-0 a La Serena en San Carlos de Apoquindo. Pero la Fecha 13 quedaría grabada a fuego en la memoria de los hinchas.

Visitando a Puerto Montt, Los Cruzados se vieron sorprendidos al caer por 2-0 a los 15 minutos del primer tiempo. La reacción llegó con el gol de Bisconti a los 31′, pero no fue sino hasta los últimos diez minutos cuando la UC obró la remontada.

Con un hombre menos en cancha por la expulsión de Javier Margas, Aníbal «El Tunga» González emparejó el marcador a los 80′, y bajo una copiosa lluvia en el Estadio El Chinquihue, el equipo se volcó al ataque. En el último suspiro del partido, un agónico gol de Andrés Romero desató la locura, sellando una victoria que valió oro y reafirmó el temple campeón del equipo.

Las últimas dos jornadas fueron de infarto. Primero, Universidad Católica se impuso por 1-0 a Universidad de Chile en el clásico universitario, dejando a los azules sin opciones matemáticas por el título.

Luego, en la altura de Calama, Bisconti volvió a ser el héroe con un gol a los 61′ frente a Cobreloa, asegurando que la UC finalizara el torneo empatada con 37 puntos junto a Colo-Colo, lo que forzó una emocionante definición.

La ida de esta final se disputó el 8 de julio de 1997 en el Estadio Monumental, con un ajustado 1-0 a favor del rival. Pero dos días después, el 10 de julio de 1997, ante 45.000 espectadores que colmaron el Estadio Nacional, La Franja volvería a escribir su nombre en la historia del fútbol chileno.

Aquella noche en Ñuñoa, un inspirado Caté asistió magistralmente a Alberto Acosta y David Bisconti en el primer tiempo, permitiendo que la UC se fuera al descanso con una ventaja de 2-0.

En el complemento, tras una espectacular jugada individual de Ricardo Lunari selló el definitivo 3-0, desatando la euforia y permitiendo a Universidad Católica levantar nuestra séptima estrella de campeón, coronando una campaña inolvidable.