El encuentro entre Universidad Católica y Santiago Wanderers, que se jugó sin público, tuvo como invitados de honor a niños de la Fundación Inclusión Cruzada y del Centro Ama Crecer, quienes asistieron y disfrutaron por primera vez de un partido de fútbol desde el estadio.
Semana a semana, los hinchas del fútbol desbordan de pasión los estadios con multitudes, cánticos, abrazos y gritos de apoyo. Sin embargo, esa es una realidad ajena para los hinchas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), quienes la mayoría de las veces no pueden ir a la cancha por la sensibilidad auditiva que les hace percibir los estímulos sensoriales de distintas maneras.
Concientizar sobre esta situación es lo que busca “Hinchas Silenciosos”, una iniciativa del Gobierno a la que se sumó Universidad Católica junto a la Fundación Inclusión Cruzada y el centro de educación preescolar inclusiva Ama Crecer, y que permitirá que niños TEA disfruten de un partido de fútbol en vivo y en directo por primera vez desde un estadio.
Esta iniciativa se llevó a cabo en el partido entre Universidad Católica y Santiago Wanderers. Cabe recordar que dicho compromiso es válido por los cuartos de final de la Zona Centro-Norte de la Copa Chile y se desarrollará sin público por la sanción que arrastra Cruzados en la competencia.
Por lo mismo, “Hinchas Silenciosos” busca enviar también un potente mensaje a los hinchas que cada fin de semana pueden ir a alentar al equipo a valorar con su comportamiento lo lindo de un estadio lleno, ya que muchas personas, como aquellas con TEA, les encantaría asistir regularmente, pero no pueden hacerlo.
«Valoramos la instancia que se está abriendo a los hinchas con trastorno del espectro autista (TEA), ya que en un evento o partido regular no pueden hacerlo por su sensibilidad auditiva y el ruido de la multitud. Esperamos seguir avanzando en abrir camino a todos y todas y que otros clubes y deportes se sumen a esta iniciativa», señaló desde el Gobierno el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson.
“Hinchas Silenciosos” se enmarca en el primer año de vigencia de la Ley TEA, que asegura el derecho a la igualdad de oportunidades y resguarda la inclusión social de los niños, niñas, adolescentes y adultos con trastorno del espectro autista, y ya se ha desarrollado en otros partidos.