Raimundo Infante, arquitecto, futbolista y artista, dejó una marca imborrable en la Universidad Católica con sus 114 goles, siendo el máximo artillero del club por casi cinco décadas. Desde su ingreso a la carrera de Arquitectura, combinó su pasión por el arte con su amor por el fútbol, destacando como máximo goleador en la histórica campaña de 1949. Su legado trasciende las canchas, siendo un ejemplo de cómo la dedicación y el talento pueden coexistir en diversos ámbitos, inspirando a futuras generaciones tanto en el deporte como en las artes y la docencia. Recientemente, Fernando Zampedri igualó su marca, recordándonos la grandeza de Infante.
Raimundo Infante tiene su nombre grabado en letras doradas en la historia de la UC. Ingresó a los 18 años a la Pontificia Universidad Católica de Chile a la carrera de Arquitectura, la que junto con el arte, fue una de sus grandes pasiones en la vida. Mientras cursaba sus estudios superiores comenzó a jugar en la Rama de Fútbol de nuestra universidad, comenzando así una carrera atípica y fugaz, pero que le bastó para entrar en la historia grande del club.
INFANTE: EL GOLEADOR ATÍPICO
La primera estrella de nuestra historia, en 1949, no se explica sin la presencia de apellidos como Riera, Moreno, Livingstone, Carvallo y Buccicardi, pero también el enorme aporte de Raimundo Infante, máximo anotador Cruzado en esa campaña con 17 tantos. Su rendimiento en ese torneo, y el posterior nombramiento de Alberto Buccicardi como DT de la Selección Chilena, lo catapultó a La Roja, con la que disputó la Copa América de ese año (anotando tres tantos), participando además del Mundial de Brasil en 1950.
En una época donde no era común que los futbolistas saltaran a Europa, Raimundo Infante se dio el lujo de jugar en el Rouen de Francia, para luego volver en 1954 a su querida Universidad Católica. Allí, alcanzó nuevamente la gloria alzando el Campeonato de Primera División. Sin embargo, el aporte de Infante continuó, ya que, tras el descenso en 1955, se alzó como el máximo goleador de La Franja en el fútbol de ascenso, llevando a la UC al lugar de donde nunca debió irse, posterior a lo cual se retiró definitivamente del balompié a la edad de 28 años, con 114 goles a su haber, alzándose durante casi 50 años como el máximo artillero de nuestra historia.
UNA VIDA ENTRE EL FÚTBOL, LAS ARTES Y LA ARQUITECTURA
Fuera de las canchas, su personalidad siempre fue objeto de admiración. El Charro Moreno cuenta que no entendía cómo un futbolista podía no asistir a una práctica para asistir a exposiciones de arte. Raimundo tuvo destacados pasos en el aula, siendo docente universitario de Arquitectura y Diseño en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Su pasión por las artes lo convirtió en uno de los impulsores del movimiento abstraccionista de Chile; así lo cuenta el libro «Historia de la pintura Chilena». Su destacado aporte al arte de nuestro país impulsó a la PUC a organizar un concurso de dibujo con su nombre.
Raimundo Infante no sólo dejó una huella imborrable en el fútbol chileno y en la historia de Universidad Católica, sino que también nos enseñó que la pasión por el deporte y el amor por el conocimiento pueden convivir y enriquecer nuestras vidas. Su legado va más allá de los 114 goles que celebramos con orgullo; Raimundo es el ejemplo viviente de cómo los valores de La Franja trascienden el campo de juego. Su espíritu y dedicación a la arquitectura, la docencia, el arte y su entrega incansable por la UC reflejan el ideal de un deportista completo, un ser humano que inspira a las futuras generaciones a perseguir sus sueños con la misma intensidad tanto en el deporte como en cualquier otra pasión que decidan seguir, legado reflejado en otros nombres de nuestra historia, como Raimundo Tupper. Raimundo Infante es, y siempre será, un pilar fundamental en la historia y en el corazón de Universidad Católica.
INFANTE Y ZAMPEDRI COMPARTEN UN LUGAR EN LA HISTORIA
A sus 58 años culminó su paso por este mundo, dejando huella imborrable en las canchas y en el aula. Sus 114 goles lo alzaron por cinco décadas como el máximo artillero de nuestra querida UC; y hasta hace algunos días, como el segundo goleador histórico de nuestra Franja. Fernando Zampedri, con su postrero gol ante Ñublense este fin de semana llegó a hacerle compañía en ese lugar de la historia, una a la que todavía le quedan capítulos por contar.