Orígenes
Los primeros registros son del 24 de mayo de 1908, cuando en la página 4 de El Mercurio, se leía:
“Universidad Católica F.C. – Por orden superior, citase a sesión ordinaria a los socios para el Martes 26 del presente a las 8:30 p.m. en los salones de la Universidad. Ruégase encarecidamente la asistencia por tratarse del confeccionamiento de los estatutos y de la correspondencia llegada a la secretaría. Toda comunicación relacionada al Club debe ser dirigida al Secretario, dirección Universidad Católica, Agustinas N° 1038”.
Ese año Universidad Católica formó parte de la recientemente creada Asociación Nacional de Football. Posteriormente, la UC disputó encuentros esporádicos y los Juegos Universitarios.
Ya en la década del ’20, la Casa de Estudios tenía el anhelo de formalizar la creación del club deportivo que reuniera a todas las ramas, que por ese entonces ya competían en nombre de la Universidad.
Fue así como el 30 de agosto de 1927 quedó instituida la primera fundación del Club Deportivo de la Universidad Católica, que tuvo en el rector Monseñor Carlos Casanueva a su mayor aliado ya que era un férreo defensor de la práctica de la actividad física como vehículo social.
En 1933 se creó la Asociación Central de Fútbol, y con ella el fútbol profesional. Mientras tanto, Universidad Católica seguía disputando encuentros de manera amateur. Pero el salto no tardaría en llegar.
¡NOS ACEPTARON, NOS ACEPTARON!
Es el atardecer del 19 de abril de 1937 y Augusto Gómez y Óscar Álvarez entran con paso firme y rápido al viejo edificio de la Asociación Central de Fútbol, en la esquina de Huérfanos con Morandé, mientras que en la casa central de la Universidad Católica, un centenar de jóvenes esperaban ansiosos y nerviosos la resolución del ente rector del fútbol.
Tras algunas horas de reunión, cerca de la medianoche, Gómez y Álvarez salieron rápidamente de la sede del fútbol rumbo a Alameda con Portugal. Sus caras llenas de risa al encontrarse con los estudiantes ahorraban cualquier tipo de comentario. La buena noticia había llegado al fin: Universidad Católica había sido aceptado como equipo en el fútbol rentado.
Los gritos de “¡nos aceptaron, nos aceptaron!”, abrazos y felicitaciones fueron bajando en intensidad. No por falta de entusiasmo, sino porque había que ponerse a trabajar inmediatamente, ya que había que formalizar al club y tener todo en regla para poder entrar a la cancha.
La historia se detendría el 21 de abril de aquel 1937, dos días después de la aceptación de la UC en el balompié profesional. En la calle Villavicencio 229 cerca de la Alameda, a pasos de la Casa Central de la UC, existía una amplia casona que era una residencial, propiedad de la antofagastina Jovita Olivares, quien además tenía un taller de vestuario. Y fue en el segundo piso de aquel viejo caserón del centro de Santiago, donde el grupo se reunió para fundar oficialmente y para siempre el Club Deportivo Universidad Católica.
Para la historia esa noche quedó constituido el primer Directorio oficial del Club Deportivo Universidad Católica, con Augusto Gómez como presidente; Enrique Casorzo y Óscar Álvarez, vicepresidentes; Enrique Pascual, secretario; Carlos Bown, prosecretario; Néstor Braithwaite, tesorero y Roberto Balbontín, protesorero y la rama de fútbol a cargo de Alberto Buccicardi y Rafael Cabrera. Ellos junto a un grupo de socios fundadores, vieron plasmada la firma del rector de la Universidad Católica, Monseñor Carlos Casanueva, en el acta de fundación.